domingo, 31 de julio de 2011

sábado, 30 de julio de 2011

Senén Suárez, mi abuelo

Recuerdo cuando vivía en Cuba, que desde niño ejercía de co-piloto a cualquier movimiento que ejecutara mi abuelo. Caerle atrás para que me enseñara a tocar guitarra era mi más ferviente deseo, ya que quería ser como él.

Mi abuelo parecía no mostrar interés en enseñarme, al menos eso pensaba yo. Me esforzaba por tener vencidos cada vez más rápido los ejercicios que me ponía y cuando no estaban lo suficientemente aprendidos me decía, "No me vengas a pedir otro hasta que hagas bien éste, repítelo otras 300 veces", pero aunque para ese tiempo yo no lo notara por mi edad, él de alguna forma me motivaba a vencer cada ejercicio y a ser mejor. En aquel tiempo pude disfrutarlo mucho, porque vivíamos juntos.

Después nos mudamos a Marianao y sólo podía verlo los fines de semana, cada viernes había que llevarme sí o sí a casa de mi abuelo con mi guitarra, porque me iba la vida en ello. También he de confesar, que cada domingo lloraba al regresar a mi casa pero me consolaba la esperanza de que en cinco días, volvería a estar a su lado.

En estos fines de semana, me enseñaba uno o dos temas y siempre me hablaba de sus anécdotas llenas de aprendizajes, que fueron como un libro abierto, porque a medida que pasaron los años las fui interpretando diferente.

Cada vez que nos veíamos le contaba detalles de mis últimas presentaciones y él se encargaba de corregirme musicalmente y en actitud, ya que de bajarme los humos, de eso siempre se encargaría mi mamá.

Mi repertorio de niño era todo tradicional, a mi abuelo le encantaba hacerme la segunda voz, delirio que me legó y ya después nos hacíamos las voces mutuamente. 

En esos fines de semana, si venía una visita a casa de mi abuelo, me decía: "saca la guitarra y canta tal tema, a ver si se acuerda de esto". Hubo una temporada por los 90, que Laito Zureda iba todos los domingos en la mañana, el motivo central de esas visitas, además de compartir anécdotas con mi abuelo, era descargar en el portal con la guitarra. En ese momento estaban los dos acabados de jubilarse, recuerdo con mucho agrado la relación que tenían y ahora me doy cuenta que ese lazo que les unía era un lazo de hermandad.

Ya más grande, de las visitas y momentos con mi abuelo, puedo resaltar las conversaciones en el portal, dándonos sillón y cogiendo un poco de aire fresco. En uno de esos momentos le dije que iba dejar la universidad por la música, todos en la familia sabían que yo había entrado en la universidad con el interés de cantar en la coral de la Universidad de La Habana y mi abuelo y mi papá fueron los únicos que lo entendieron y me apoyaron en aquel momento. Aunque al final pudo más otras fuerzas y terminé la carrera que había elegido estudiar.

Siento que el tiempo que pasé en Cuba junto a él, ha sido una de las partes más importantes de mi vida, todavía cuando lo visito lo disfruto al máximo, de vez en cuando le escribo o lo llamo para que me haga la historia de alguien o de una canción, es fascinante la cantidad de información musical que tiene guardada, es como una preciada grabadora viviente de los mejores momentos de la música cubana.

Creo que no he reparado en esfuerzos por hacer sentir a mi abuelo como se merece, ya sea cantando o grabando sus composiciones. Nunca será suficiente lo que hago, para sentir que de alguna forma he saldado mínimamente la deuda de amor y agradecimiento que tengo con él. Y desde ésta lejanía, pero a su vez a través de ese lazo eterno que nos une y que nunca nos separará, quiero enviar todo mi amor y mis más sinceras felicitaciones a mi abuelo Senén Suárez. 

¡Que viva la vida abuelo amado!. 
Un beso grande de su nieto que lo adora.

Igor Tillan Suárez.

Semblanza


Por: Angela Casanova Torres



Si pudiera pedir algo extraordinario en la vida, ¿qué pediría?,  desde luego que para mí no hay nada más valioso que estos dos deseos : la sabiduría y tener un buen amigo, dos valores universales que encontré al conocer al papá de una amiga muy querida desde que éramos unas infantes, Senén Suárez, quien nos organizaba el coro de la escuela primaria donde estudiábamos y lograba que nos aprendiéramos, de tantos ensayos en su casa, canciones tradicionales que después llevábamos a actividades culturales. Ya en la adolescencia, nos invitaba a disfrutar de sus números en las noches del Salón Rojo del Hotel Capri y no se ausentaba ningún fin de semana a las visitas de las escuelas al campo. 

A todas las compañeritas, de su hija Belinda, nos encantaba frecuentar su hogar para oír la música que interpretaba el Combo en sus ensayos, y bailar e imitar a los cantantes de moda.

Razones son las que no faltan para homenajear a este grande de la música cubana en sus 89 primaveras, las mías aquí van:
       
Con este hombre supe del amor incondicional a sus hijas, como padre de familia ha aportado y seguirá legando experiencias y valores morales muy sólidos; es el amante excepcional de su esposa Fela, en sus casi 60 años de matrimonio, y ha  dedicado su vida para que sobreviva en el núcleo  familiar el sentimiento sonero. Por el mundo anda su primer  nieto varón con su dúo Vocal B2, difundiendo las letras de canciones de la autoría de su adorado abuelo.  

Con ese hombre guitarra en mano supe cómo se llega a ser sabio, porque ser sabio no es solo el cúmulo de conocimientos guardados en nuestra mente sino poderlos transmitir y entenderlos con el corazón.  


Nos ha enseñado que si mantienes el corazón sensible al mensaje que contiene una bella melodía, lograrás todos tus objetivos en la vida.  Cada día nos regala con su ejemplo, la humildad, la gentileza y la sinceridad que debe tener todo ser humano y en cualquier   ocasión en que acudamos a él,  recibimos su apoyo fraterno y un buen consejo. 

Senén es de los buenos amigos  que permanece con nosotros, pase lo que pase, que nos escucha y está interesado en nuestro bienestar, y por dura que sea, siempre nos dice la verdad con el mejor de los ánimos posibles.

 ¿Dónde está realmente el amor?, el amor está en él.

Se ha  dicho que no hay poder más grande que el amor,  y es algo tan hermoso que no caben en este espacio, las palabras y los sentimientos de gratitud y alabanza que nos inundan, al felicitar al maestro de todos, en la vida y en la profesión.


                         
Gracias Senén por estar y mucha salud en tu cumple.
       
Te amamos, tu familia y tus amigos.
       
     
Hoy, en La Habana a los 30 días del mes de julio del 2011.