Senén Suárez Hernández
Finalizando el año 1947, retorné por un corto período con el Trío de Luisito Plat y sus Guaracheros, es así que la última actuación que realizamos fue en el cine teatro Radio Cine, sitio donde todo los artistas actuábamos con los nervios de punta porque a pesar de que se colmaba de público, gran parte de ellos iban a molestar a casi todos los que actuaban en el espectáculo.
Nosotros tuvimos la suerte de salir airosos de la terrible prueba. Coincidentemente en el público se encontraba el maestro Ernesto Grenet Sánchez, quién nos abordó en el camerino para invitarnos a incluirnos en su grupo del cabaret Tropicana.
Ni Luisito Pla ni Gerardo Navarro aceptaron pero yo si tuve esa necesidad ya que las actuaciones del trío eran escasas.
Una tarde del mes de diciembre de 1947, comencé a caminar por la Avenida Truffin, la cual terminaba exactamente en la entrada del mencionado lugar, para encontrarme con los músicos de la orquesta la cual iba a integrar. Yo que vivía en el centro de ciudad de La Habana cuando llegué a la admirada arboleda me asombré muchísimo de ver aquel monte de árboles en medio de la ciudad de Marianao municipio habanero, fue algo emocionante que me hiciera recordar a “mi montaña querida” donde pasé parte de mi niñez
Debo mencionar que según me iba adentrando al inmenso bosque .propiedad de Mina Pérez Chaumont, heredada de su esposo el ciudadano extranjero Regino Du Rapaire Truffín, más nervioso me sentía, y no precisamente por la música, de esa me sentía seguro, si no de trabajar en un cabaret noche tras noche a lo cual no estaba habituado.
Al llegar al centro del cabaret después de pasar un pasillo que resultaba el lobby del mencionado sitio nocturno, me encontré el maestro Grenet que me esperaba junto a su grupo del cual conocía solamente a Orlando Vallejo, los demás resultaron ser: El pianista Rubén González, bongosero Panchito Bejerano, trompetas Evelio (El manquito) y Alfonso Fleitas, contrabajo Tomás Barrenechea, cantante Estanislao Sureda (Laito) y percusión menor y director Ernesto Grenet,.en total éramos nueve músicos porque la tumbadora la ejecutaba lo mismo Ernesto que algunos de los vocalistas.
En la década del 30, llega a nuestro país el ítalo portugués conocido por nosotros como brasileño. Víctor Correa D´Costa procedente de Panamá con un vasto conocimiento de actividades de fiestas y danzas nocturnas.
Tan pronto arribó a La Habana, Correa D´Costa creó el cabaret Eden Concert, situado en la calle Zulueta no 228 entre Ánimas y Virtudes Habana Vieja, para ello contrató a los coreógrafos Julio Richards, Henry Bell y Sergio Orta sucesivamente.
A pesar del esfuerzo y la astucia puesta por Víctor de Correa en crear un cabaret con muchos detalles significativos sobre el Eden Concert, no se percató de la proximidad de su similar “Zombie Club”, un exquisito centro nocturno con dos agrupaciones de excelencia tanto musical como de espectáculo en si, pues en los bailables el Zombie contaba con el conjunto Kubavana dirigido por la estrella del son Alberto Ruiz y el jazz banb acompañante del show dirigido por el maestro Adolfo Guzmán.
Otra innovación original resultaba la tarima giratoria que se producía en los cambios de agrupaciones. También un detalle significativo y que le daba mucha fama a este cabaret era el resultado de ser radiado por la emisora COCO en los momentos bailables.
Pero Correa D´Castro no se amilanó, el sabía que la competencia en La Habana Vieja iba a ser fuerte con el auge que tomó el Zombie Club en aquellos tiempos. Entonces decide buscar un lugar todo lo acogedor posible para lograr sus sueños, y como dice el refrán el que busca encuentra, es así que se dirige al hermoso monte de árboles verdes, propiedad de la viuda Mina Pérez Chaumont y le arrienda un pedazo considerable de terreno.
El impetuoso brasileño se lleva consigo todo los implementos del Eden Concert incluyendo al maestro Alfredo Brito y su orquesta, más la empleomanía completa para su nuevo sitio marianence.
Es así que el nombre que utiliza para el nuevo cabaret, mientras algunos entendidos sostenían que el primer nombre fue “Beau site” (Bello Sitio), la hija de Alfredo Brito llamada Elsa Valdés Brito Quintana sostenía lo siguiente – Yo aseguro que el cabaret Tropicana de Marianao se inició en 1939 con ese nombre y no otro, porque antes del 39 ya existía el nombre y la canción de mi padre. (…) R. Lam.
Pronto me adapté al modo de hacer música del Conjunto de Grenet, el cual poseía un repertorio muy actualizado y sus músicos eran extremadamente experimentados en sus respectivos instrumentos. A Ernesto Grenet Sánchez lo considerábamos como un director ideal, era exigente, muy considerado, aspecto bien difícil en nuestro mundo musical. Su carácter era muy introvertido, nunca nos hablo de sus actuaciones en el cabaret parisino La Cueva, situado en el centro de Paris como baterista junto al gran trompetista Julio Cueva, tampoco nos hablo de su participación como combatiente en la guerra civil española.
Víctor de Correa no tuvo necesidad de desembolsar grandes cantidades de dinero para crear Tropicana, se valió de la bella flora del lugar, construyendo una pista circular cementada y ordenó realizar una tarima para la música de medio metro da altura con un techo volado de madera entre dos palmas lo cual resultaba un cabaret mas bien rustico
Se comentaba que el brasileño portugués manejaba el cabaret correctamente sin ayudantes, algo inexplicable para una persona obesa y entrada en mucha edad y sin familiar allegado.
Él utilizaba casi permanente a la famosa intérprete Rita Montaner, al pianista Felo Bergaza y a Bola de Nieve. Tenía un pequeño cuerpo de baile, la pareja de rumberos Estela y Rolando, Vilma Valle la presentadora Velia Martínez y al coreógrafo Henry Bell entre otros. Para su protección solo tenía dos perros enormemente grandes.
La orquesta que acompañaba a todo este espectáculo en el año de mi entrada en el mencionado centro nocturno, la dirigía Armando Romeu González, con un personal estelar, solamente una cuerda de cinco saxofones, piano contrabajo, drums, y un tumbador que en aquellos tiempo era Candido Camero (Candito).
El maestro no podía incluir trompetas porque le molestaban a la dueña, pero más tarde amplió la orquesta con otros músicos quedando de la siguiente forma:
Director Armando Romeu González
Ramón (Bebo) Valdés - pianista
Kiki Hernández - contrabajista
Guillermo Barreto - baterista
Luís Escalante - trompetista
Nilo Argudín - trompetista
El Guajiro - trompetista (Que no era Mirabal)
Rubén Romeu - saxofonista
El cabito- saxofonista
Pedro Chao - saxofonista
Tata Palau - saxofonista
Gustavo Mas - saxofonista.
Papin Abreu - tumbadora
Trombón - un español que no recuerdo el nombre
Siempre existieron altas y bajas
El éxito de Tropicana para Víctor de Correa, no resultó lo esperado, por estar lejos de la ciudad y con muy escasa publicidad. Posteriormente vinieron días de paupérrima utilidades, pero el experimentado director no se intimidó y decidió tomar dos opciones: una mandar a su esposa Teresita de España para que contratara un grupo artístico en la tierra española que le llenara el cabaret y la otra consistía en arrendar el lobby de la entrada del cabaret a tres jugadores profesionales como Martín Fox, Oscar Echemendía y Alberto Ardura. Al final se llevaron a cabo la dos opciones.
Una tarde del mes de octubre de 1948, nuestro director Ernesto Grenet nos insta a varios de nosotros para recibir en el muelle Sierra Maestra a unos músicos españoles que venían para actuar en el cabaret Tropicana.
Teresita de España, esposa de Víctor de Correa, había contratado a una orquesta que actuaba en el centro nocturno Pasapoga de Madrid y que reunía todo los elementos que le había señalado su esposo.
Nuestro encuentro con los músicos españoles en el muelle habanero resultó muy calido y amistoso, aunque los encontramos muy estresados y nerviosos debido a lo que representa una travesía en barco desde España a nuestra ciudad sin estar habituado.
De forma inusitada el experimentado y diestro Víctor de Correa lanza el debut de la orquesta un día después de su llegada. Aquellos músicos egresados en su mayoría del Liceo de Barcelona con el nombre de Orquesta Gran Casino, se ven atropellados y casi descompensado de su verdadera forma de actuación, resultando su primera actividad verdadero desastre.
Manolo Palos su director que se había mantenido desde sus inicio en 1940, no concebía tal desatino pero así es la música hija del ensayo como premisa.
Continuará……..
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